La práctica de cualquier disciplina deportiva implica cierto grado de esfuerzo. Indistintamente de que formes parte del equipo de apoyo de cualquier atleta, seas un deportista amateur o profesional, debes saber que para conseguir el máximo rendimiento es necesario combinar diferentes elementos.
Aunque tener una buena aptitud y gran determinación son factores claves que te permiten conseguir lo que te propones, pero hace falta algo más: Agilidad física. A continuación, se explicarán los detalles más destacados sobre este tema, así como, la estrecha relación que guarda con el deporte.
Índice de contenidos
¿Qué es la agilidad física?
Consiste en la habilidad de responder a diferentes factores externos o estímulos de manera rápida y efectiva. En el deporte, esta cualidad es indispensable. Recuerda que tener una reacción adecuada a las diferentes situaciones del entorno no es una tarea sencilla.
Para evitar que la respuesta sea torpe, hay que generar un plan integral de entrenamiento que incluya la preparación estratégica y táctica del deportista. Existen diferentes formas de incrementar la ligereza física. En esta app para deportistas encontrarás información muy valiosa que te ayudará a controlar muy bien tus entrenos y recuperaciones.
Es necesario que el proceso transcurra satisfactoriamente. Por eso, necesitas tener en cuenta que el desarrollo de esta habilidad está condicionada a algunos aspectos de importancia, bien sea desde el punto de vista físico, técnico y cognitivo.
Una cualidad sobresaliente
La orientación oportuna es un factor clave en el desarrollo de esta importante cualidad. Un entrenador cualificado tiene que estar preparado para ayudar al deportista a través de la ejecución de ejercicios específicos diseñados para tal fin, tales como:
- Calentamiento previo que favorezca al riego sanguíneo de los músculos y la actividad neurológica.
- Añadir diferentes acciones para observar cada respuesta. Incrementar el nivel de complejidad y exigencia a través de señales auditivas y visuales.
- Utilizar técnicas de reacción a estímulos según la categoría de la disciplina. Por ejemplo, cambio de dirección, aceleración y desaceleración, carreras laterales, el triángulo, entre otros.
En principio, el atleta tiene que aprender a interpretar correctamente la situación a la que se enfrenta. En ocasiones podría requerir acelerar, mientras que en otras ocurre lo contrario.
El conocimiento previo de la mayor cantidad de situaciones posibles favorece la toma de decisiones y permitirá elegir la mejor reacción según las circunstancias.
Evidentemente, el cuerpo debe estar preparado para generar movimientos precisos y rápidos. El correcto estado físico depende de tener una apropiada nutrición e hidratación, sin descartar la disciplina y constancia.
Programa integral orientado a incrementar la agilidad física
Diseñar un programa integral para incrementarla debe tener un objetivo bien definido. No se trata de un conjunto de ejercicios aleatorios para intentar mejorar dicha destreza. Cada atleta posee distinto estado físico y por eso requiere de una atención personalizada.
La selección de ejercicios por lo general tiene en cuenta variables previas como el entorno, las condiciones físicas, lesiones anteriores y hasta los tiempos de recuperación de las mismas. De igual modo, el desarrollo de este tipo de capacidades tiene en cuenta las fortalezas y debilidades individuales.
Los entrenadores evalúan con regularidad el nivel de fatiga del deportista y su vinculación con la técnica utilizada. A veces, será necesario adoptar medidas correctoras para modificar las sesiones de entrenamiento y conseguir resultados más satisfactorios.
Por otro lado, se recomienda que la intensidad y el volumen del ejercicio aumente de manera progresiva, así como, los tiempos de descanso. Todo esto en conformidad al nivel de experiencia sea principiante, intermedio o avanzado.
El grado de movilidad, técnica de movimiento y reactividad son aspectos a considerar en cada programa. Los patrones de movimientos y destrezas varían de manera significativa en cada categoría deportiva. No es lo mismo practicar tenis que fútbol.
Los beneficios de un oportuno sistema de entrenamiento de agilidad física
El entrenamiento de la ligereza contribuye a incrementar el bienestar general. Los principales beneficios que recibes son:
- Minimizar el riesgo de lesiones: La alineación corporal saludable, el equilibrio y la flexibilidad son aspectos que se corrigen con esta clase de ejercicios. Por eso, es posible mitigar el número de lesiones, los problemas asociados a posturas inadecuadas o pasos en falso.
- Mejorar la función cognitiva: La comprensión y concentración mental se incrementa, por lo cual las respuestas de movimiento serán más rápidas.
- Menor tiempo de recuperación: Estos ejercicios complementarios ayudan a desarrollar la fuerza muscular esquelética. Por lo general, los tiempos de recuperación suelen ser más cortos tras cada sesión.
- Resultados rápidos y favorables: Realizarlos te vuelve más ágil ya que utilizas mucho más tus músculos.
- Quemar calorías con eficacia: Coordinar la velocidad, fuerza, equilibrio y reflejos implica un gasto calórico importante en toda la musculatura.
- Consigue una mejor coordinación y equilibrio: Los cuales son componentes prioritarios en cualquier disciplina deportiva y se consiguen a través de los movimientos dinámicos que produce el entrenamiento.