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¿Cuál sería la palabra con la que podemos definir el fútbol sala? Sin duda, dinamismo. El fustal es un deporte de gran exigencia física, ya que no puede haber momentos de desconcentración ni despiste, es un deporte de ida y vuelta.

También es cierto que se asemeja un poco con el baloncesto, debido a que requiere un gran orden táctico, aplicación de estrategias y jugadas elaboradas. Y claro que las individualidades pueden marcar la diferencia, pero ante un equipo bien estructurado que se plante con el sistema más adecuado, es casi invencible.

Índice de contenidos

¿Cuáles son los sistemas de juego más conocidos?

 Sin importar si se trata de fútbol sala amateur o profesional, son dos los sistemas de juego más utilizados en el mundo por ser los más efectivos de acuerdo a los objetivos que persiga el equipo. A continuación, dos de los sistemas de juego más aplicados en el mundo del fútbol sala.

Sistema 1-2-2

El 1-2-2 es un sistema de carácter ofensivo ya que propone una recuperación alta de la pelota al enviar a 2 jugadores a cerrar la salida limpia del rival. Lógicamente, se debe trabajar mucho en los diferentes objetivos que persigue un equipo durante un partido, ya que, si se plantea una recuperación alta con dos jugadores, es probable que, si fracasan en el intento de recuperación, terminen sufriendo mucho en defensa.

En este sentido, los dos jugadores ubicados en la zona de ataque del equipo, deben realizar una presión inteligente que provoque el error del rival, o en su defecto, que los obligue a enviar pelotas largas para su pivote, puesto a que, en la retaguardia, el equipo contará con dos jugadores más que estarán atentos a este tipo de salidas erráticas.

Por otra parte, el 1-2-2 no es un esquema que garantice posesión del balón, ya que generalmente con este sistema se trabaja en ataques directos para tratar de mantener el juego en terreno rival.

Sistema 1-3-1

Este sistema es mucho más equilibrado y se basa en el control de la pelota, la salida clara y la construcción de juego desde terreno propio.

Es un esquema mucho más versátil ya que permite aplicar diferentes principios ofensivos dentro del mismo sistema. Es decir, el equipo no debe adecuarse a otro sistema de acuerdo a la forma que se pretenda atacar, sino por el contrario, puede mantener el mismo orden táctico si desea aplicar un contragolpe, ataque directo, ataque estático o en rotaciones.

A diferencia del sistema destacado anteriormente, este tiene la particularidad de permitir un mayor sentido de propiedad con la posesión. Si bien se requieren unas grandiosas condiciones físicas para mantener una rotación activa y tratar de mantener la pelota a pesar de la presión, queda claro que, si se logra desarticular la presión rival, la superioridad numérica sería inminente y una traducción segura de gol.

Situaciones de juego

Las situaciones de juego, son generalmente los factores que determinan el sistema que un equipo debe utilizar para buscar conseguir ventaja. Ese es el difícil trabajo que tiene el entrenador, mantener a su equipo concentrado, además de que cada jugador debe conocer su rol de acuerdo al sistema y estilo que desee aplicar en determinado momento.

Por eso es que es tan importante una aplicación para entrenadores de fútbol sala, por que es bastante complicado gestionar los entrenamientos, estudiar rivales, fortalecer la parte física y mental de sus jugadores, además de pulir la táctica que debe estar siempre afinada para el día del partido.

Ahora bien, suponiendo que el rival tiene un juego muy defensivo, que no propone ataques constantes, sino que busca generar peligro únicamente a través de jugadas de contra. En este caso, la mejor opción puede ser un esquema 1-2-2, para ejercer una presión en la salida sin dejar la retaguardia demasiado descubierta, y una vez que se recupere la posesión, conviene cambiar el sistema a un 1-3-1 para comenzar a tejer el ataque de una forma estructurada.}

Todo esto, porque el rival que juega a la contra, es muy difícil tomarlos desordenados defensivamente, porque casi siempre están ubicados de su lado del terreno manteniendo la posición.

Pero si el caso es que el rival le gusta la posesión y tiene buenas capacidades tanto tácticas como individuales, podría ser el 1-3-1 la mejor alternativa, de esta forma se arma un bloque defensivo más sólido y permite que el equipo tenga la posibilidad de hacer rotaciones una vez que recupere la posesión.

Adicionalmente, en vista de la versatilidad de este esquema, eventualmente se podrían realizar contragolpes que afecten al rival en inferioridad numérica.

¿Cuál sistema es mejor?

Como hemos podido apreciar, ambos sistemas de juego tienen sus características y particularidades, pero no cabe duda que el 1-3-1 es el más completo y el que permite que el equipo sea mucho más versátil durante el partido.

Pero el futsal es un deporte de estrategia pura y siempre que sea necesario aplicar uno u otro sistema, el equipo debe estar preparado para llevarlo a cabo tanto en el ámbito ofensivo como defensivo.